Quizá muchos de vosotros os hayáis preguntado al ojear mi blog qué quiere decir "causalidencia". La palabra tiene su historia y forma parte de mi día a día, es por esto que quise concederle el honor de ser mi símbolo indentificativo en la gran red.
Hace ya unos cuantos años, en mis primeros pinitos como hispanohablante, entender el "manuelense" no era tarea fácil para todo aquel que me rodeaba. Tendía a inventar palabras y formar nuevas de las ya existentes, así surgió la palabra "casualidencia", una mezcla de "casualidad" y "coincidencia". Me imagino que en esos momentos pensaría ¿por qué usar dos palabras totalmente iguales cuando podemos transformarla en una? y así hice.
Con el paso de los años, una de esas conversaciones intensas entre cervezas que tanto me gustan desembocaron en las caprichosas casualidades de la vida, que aunque no dejan de ser casualidades, parecen tener un objetivo a cumplir, como si quisieran llevarte a un determinado lugar, en el momento adecuado y en muchas ocasiones con la persona perfecta, en definitivas cuentas, parecen tener una causa.
¿Cómo describir esa sensación extraña en la que las coincidencias llegan justo cuando más las esperas, como si estuviesen predestinadas, esperando las condiciones idóneas? En una palabra, "causalidencias".
"En aquella época encontré un extraño refugio. Por casualidad, como suele decirse. Pero esas casualidades no existen. Cuando alguien necesita algo con mucha urgencia y no lo encuentra, no es la casualidad la que se lo proporciona , sino él mismo. El propio deseo y la propia necesidad conducen a ello." Hermann Hesse
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