Como estudiante de economía, no resulta tarea complicada el descubrir por dónde pierde aguas nuestro grado, y uno de estas grietas es crear los valores necesarios más que indispensables para tomar las riendas del sistema económico de cualquier país.
¿Es el capitalismo el sistema ideal? A pesar del desarrollo obtenido en las últimas décadas, la realidad muestra que dicha evolución ha asentado sus bases en una excesiva competitividad entre países, regiones, empresas y, al fin y al cabo, individuos. No tacho la competitividad y superación como defecto del sistema, pero sí cuando éstas se interponen a valores fundamentales como el respeto, la honradez, la colaboración mutua, etc. Forma parte de nuestra rutina los malos roces entre compañeros de trabajo por conseguir un ascenso, el afán por rebasar al colega de clase por tal de un par de décimas o las discusiones entre propios hermanos por una simple herencia, que muy habitualmente acaban en situaciones más que indeseadas. La cuestión reside en si el capitalismo favorece el ansia de poder ante todo y todos, corrompiendo a la persona sincera y bondadosa y promocionando al pícaro (más que inteligente) que sabe sacar provecho de la condición humana y jugar sus cartas para asegurar el control sobre el resto.
Sin embargo, el hecho de que muchas empresas concurran exitosamente en el mercado en sintonía con el Estado de Bienestar, el respeto medioambiental y los derechos de los trabajadores, entre otros, confirma que, a falta de un sistema económico alternativo viable, el capitalismo permite actuar moralmente sin acabar en bancarrota.
Todo este razonamiento me lleva a preguntar si no sería primordial una asignatura cuyos fundamentos radicasen en la cooperación y apoyo mutuo como motores de empuje económico, que fomentase una actuación económica responsable para poner fin a la avaricia, principal "valor" humano. Nosotros, futuros economistas, quizá responsables del progreso de una nación o una gran empresa, deberíamos ser formados bajo dicha ética, mediante una asignatura, por ejemplo, llamada economía ética.
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